ese frío Diciembre

[.Me enamoré de ti y, la verdad, ¡no sé por qué! No sé en qué momento fue, no sé qué es lo que hizo fijarme en ti, pero aquí estoy queriéndote sin remedio. Quizás fue tu sonrisa, tu simple mirada que hoy no me dice nada, tu manera de decirme las cosas, tus venas de hacer locuras, tus pocas ganas de sentir algo nuevo, quizás fue el destino que me deparaba esto. O quizás fue un simple quizás que empezó en un frío diciembre en un bar . . . ]

[.Pierdo ese grande sentimiento que antes me unía a ti.
Hoy busco tu sombra, ese quizás,
y veo que tal vez pronto ya no quede nada.
Y nado en los recuerdos,
vuelo por los buenos momentos
que pasamos y siempre acabo aterrizando
frente al dolor que me causó
el precio del quererte (si es que lo tiene).
Viajo por las nubes de algodón,
que me tuve que inventar con mucho esfuerzo,
para olvidar las heridas que todavía hoy me escuecen.
Y ¿cómo seguir queriéndote?
Eso me pregunto cada día
y me respondo al darme cuenta
que sólo existes tú cuando miro al mundo,
cuando busco en lo profundo,
cuando rebusco en mis sueños,
cuando intento seguir cualquier camino y te anhelo.
Y me siento mal cuando veo que aún siento,
aún quiero, aún deseo, aún duermo contigo.
¿Amorodio? Creo que no hice bien al conocerte…
porque hoy todavía te quiero sin remedio . . . ]